Llevo años practicando deportes de forma regular y, a los 38 años, una lesión en el hombro me dejó fuera de juego. El dolor era constante y limitaba mis entrenamientos, además de afectar mi vida diaria. Intenté varios tratamientos, pero nada parecía funcionar a largo plazo.
Fue entonces cuando decidí probar la medicina regenerativa, un amigo de la vida me hablo sobre el tema y desde ese momento empecé a investigar, vivo en Bogotá y me encontré con la empresa America Cell Bank, tuve mi primera consulta con el especialista y desde las primeras sesiones, noté una mejora significativa. La inflamación comenzó a disminuir y el dolor se fue desapareciendo de forma natural, sin necesidad de medicamentos agresivos o intervenciones invasivas.
Hoy, gracias a este tratamiento, he vuelto a entrenar como antes, sin miedo a las molestias. La medicina regenerativa para el dolor no solo curó mi lesión, sino que también fortaleció mi cuerpo para prevenir futuras recaídas. Ahora, puedo seguir disfrutando del deporte con plena confianza.