Lidiar con la artrosis en las manos a mis 56 años era frustrante. Las actividades más sencillas, como abrir una botella o escribir, se habían vuelto dolorosas. Los tratamientos tradicionales solo me ofrecían un alivio temporal, pero el dolor siempre regresaba.
Decidí, harto de las mismas respuestas, probar la medicina regenerativa, soy muy joven, y fue un cambio total. Este tratamiento no solo me alivió el dolor, sino que estimuló la regeneración de los tejidos dañados por la artrosis. Después de unas sesiones con America Cell Bank, la inflamación disminuyó y empecé a recuperar la movilidad en mis dedos gracias a las Células Madre y sus doctores siempre pacientes. Al cabo de tres meses tenía una calidad de vida muy buena, y ya llevo ocho meses después de mi tratamiento y soy otra persona.
En unos meses tengo mi consulta de seguimiento. Voy encantado.