Cuando sentimos dolor físico acudimos al médico en busca de una explicación y, sobre todo, una solución que nos alivie. Pero ¿qué ocurre cuando el dolor es inexplicable? ¿Qué pasa cuando no existen pruebas capaces de justificar el origen de ese malestar? Esta es la situación que tienen que afrontar las personas con fibromialgia a lo largo de toda su vida: convivir con un dolor invisible.
En este artículo conoceremos las particularidades de esta enfermedad crónica, los tratamientos más habituales y cómo empieza a emerger la medicina regenerativa para aportar calidad de vida ante una afección tan debilitante.
La fibromialgia, un problema de salud global.
La fibromialgia es una enfermedad prevalente que afecta a personas de todas las edades y géneros, aunque afecta más a mujeres (en Colombia, la proporción de pacientes de fibromialgia es de 1 hombre por cada 9 mujeres).
Según datos del Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia, se estima que padece fibromialgia entre el 2% y el 4% de la población colombiana, aunque esta cifra podría ser subestimada debido a la falta de conciencia y diagnóstico adecuado.
A nivel mundial, se estima que entre el 2% y el 8% de la población adulta sufre fibromialgia, lo que la convierte en una de las enfermedades reumáticas más comunes. Sin embargo, a pesar de su alta prevalencia, la fibromialgia sigue siendo subdiagnosticada y subtratada en muchas partes del mundo, lo que subraya la necesidad de investigaciones continuas y opciones terapéuticas innovadoras como la medicina regenerativa.
Una enfermedad que condiciona al paciente, de pies a cabeza.
El síndrome de fibromialgia (SFM) es una condición crónica y compleja que causa dolores generalizados y un agotamiento profundo. Muchas veces, se describe como un dolor de pies a cabeza.
Además de dolor y agotamiento, la fibromialgia también puede ocasionar uno o varios de los siguientes síntomas:
- Trastornos del sueño: a pesar de dormir las horas suficientes, pueden despertarse y sentirse todavía cansados.
- Anquilosamiento: rigidez del cuerpo.
- Incremento de dolores de cabeza o de la cara.
- Malestar abdominal: trastornos digestivos, dolores abdominales, meteorismo, estreñimiento y/o diarrea.
- Problemas genitourinarios: aumento en la frecuencia o de mayor urgencia para orinar, típicamente, sin una infección de la vejiga.
- Parestesia: entumecimiento u hormigueo (por ejemplo, en las manos o los pies).
- Sensibilidad a la temperatura.
- Problemas de la piel: síntomas molestos, como prurito, resequedad o manchas.
- Síntomas del tórax: dolores del pecho o las partes superiores del cuerpo.
- Desequilibrio: problemas de vértigo y/o del equilibrio.
- Trastornos cognoscitivos: dificultad para concentrarse, «lentitud mental», pérdida de la memoria.
- Sensaciones en las piernas: «síndrome de las piernas inquietas» (impulso incontrolable de mover las piernas, sobre todo cuando se está descansando o reposando).
- Sensibilidad ambiental: hipersensibilidad a la luz, ruidos, olores y cambios del tiempo.
- Depresión y ansiedad.
Se han descrito casos de fibromialgia que comienzan después de procesos puntuales, como puede ser una infección bacteriana o viral, un accidente de automóvil, la separación matrimonial, un problema con los hijos…
En otros casos aparece después de otra enfermedad que limita la calidad de vida del enfermo.
Pero estos agentes desencadenantes no parecen causar la enfermedad, sino que la “despiertan” en una persona que ya tiene una anomalía oculta en la regulación de su capacidad de respuesta a determinados estímulos.
Aunque aún no se sabe con certeza, es probable que una respuesta anormal a los factores que producen estrés desempeñe un papel muy importante en esta enfermedad.
También se han detectado en el sistema nervioso de personas con fibromialgia, niveles bajos de algunas sustancias importantes en la regulación del dolor (particularmente la serotonina).
¿Por qué resulta tan difícil su diagnóstico?
El principal problema es que no hay análisis, radiografías, ecografías, en definitiva, pruebas que confirmen su existencia. Es un diagnóstico clínico complejo, pero altamente importante, ya que estamos hablando de una enfermedad que puede llegar a ser invalidante.
Tampoco se conoce exactamente cuál es su origen, si bien hay estudios que muestran que cuando los pacientes tienen episodios traumáticos o estresantes pueden desencadenar la enfermedad.
Según el doctor José María Gómez Argüelles, neurólogo y coordinador de la Unidad de Fibromialgia del Hospital Ruber y del Quirón en Madrid (España), «Es una enfermedad mal tratada en el sentido más amplio de la palabra. Tenemos pocos tratamientos que funcionen a los pacientes y, desde un punto de vista social, está mal vista porque como no tenemos ninguna prueba diagnóstica para asegurar que sufre fibromialgia, esto hace que muchos sanitarios duden de su carácter real«.
Tradicionalmente, los médicos examinaban 18 puntos específicos (denominados “puntos gatillo”) del cuerpo para ver en cuántos el paciente sentía dolor al presionarlos firmemente. Si se percibía dolor en al menos 11 puntos, el diagnóstico estaba muy enfocado a la fibromialgia.
Pero las nuevas pautas del American College of Rheumatology no exigen un examen de los puntos sensibles. En su lugar, el factor principal necesario para un diagnóstico de fibromialgia es dolor generalizado en todo el cuerpo durante al menos tres meses.
Para cumplir con los criterios, debes tener dolor en al menos cuatro de estas cinco zonas:
- Región superior izquierda, incluidos el hombro, el brazo o la mandíbula
- Región superior derecha, incluidos el hombro, el brazo o la mandíbula
- Región inferior izquierda, incluidos la cadera, el glúteo o la pierna
- Región inferior derecha, incluidos la cadera, el glúteo o la pierna
- Región axial, que incluye el cuello, la espalda, el pecho o el abdomen
El dolor generalmente va asociado a otros síntomas como el cansancio, cefalea, sequedad de mucosas, etc.
Tratamiento de la fibromialgia: más allá del dolor
Según una investigación realizada en España en la que se han analizado 35 estudios cualitativos sobre 728 pacientes diagnosticados con fibromialgia, las personas con fibromialgia se sienten estigmatizadas, sobremedicalizadas y perciben que sus tratamientos no corresponden con la gravedad de su condición de salud.
No existe un tratamiento estándar, sino que debe adecuarse a cada paciente según sus características. El fin del tratamiento es tratar de controlar los síntomas que acompañan a la enfermedad (dolor osteomuscular, cansancio…) procurando evitar los efectos secundarios de la medicación que a menudo padecen los pacientes.
Es necesario evitar los factores que agravan los síntomas adecuando los hábitos de vida y costumbres a las limitaciones que pueda producir el dolor y el cansancio. También es importante conseguir un cambio de mentalidad, tanto en el enfermo como en los que le rodean, buscando un entorno relajado y libre de exigencias constantes.
De todas las medidas que se han empleado en el tratamiento de la fibromialgia, el ejercicio físico y una adecuada fortaleza muscular son especialmente recomendables. Los masajes, los ejercicios de estiramiento muscular, el calor local y algunos tipos de electroterapia («corrientes»), pueden ser eficaces de forma secundaria.
Los calmantes o analgésicos pueden ayudar de forma puntual
Las inyecciones locales de los puntos dolorosos con anestésicos locales, sobre todo si van seguidos de un masaje local, son de gran ayuda para los dolores localizados intensos.
Sin embargo, en los últimos años la medicina regenerativa ha surgido como una alternativa cada vez más prometedora ante tratamientos tradicionales.
Medicina regenerativa: una nueva mirada a la calidad de vida
Para entender los efectos sobre la fibromialgia, recordamos brevemente la esencia de la medicina regenerativa: se centra en el uso de células madre, factores de crecimiento y otros biomateriales para regenerar tejidos dañados, modular la respuesta inflamatoria y promover la curación en diversas enfermedades.
Un potencial que ya ha sido investigado en fibromialgia para aliviar el dolor crónico y mejorar la función física:
En un estudio reciente realizado por investigadores de la Universidad de Harvard, se exploró el uso de células madre mesenquimales en el tratamiento de la fibromialgia. Los resultados preliminares sugieren que la terapia con células madre puede reducir el dolor, mejorar la calidad del sueño y aumentar la funcionalidad en pacientes con fibromialgia resistente al tratamiento convencional.
En consecuencia, podemos concluir que los beneficios potenciales del tratamiento de la fibromialgia con medicina regenerativa incluyen:
1. Reducción del dolor. Las células madre y los factores de crecimiento pueden ayudar a modular la respuesta inflamatoria y reducir la sensación de dolor en los pacientes con fibromialgia.
2. Mejora de la calidad del sueño. Los trastornos del sueño representan uno de los síntomas más habituales.
3. Aumento de la funcionalidad. Al aliviar el dolor y mejorar la movilidad, la medicina regenerativa podría ayudar a los pacientes a recuperar la funcionalidad física y realizar actividades diarias con mayor facilidad.
A su vez, reducir la respuesta del sistema inmunológico también puede reducir la inflamación general. Si las células madre pueden reducir la neuroinflamación en el cerebro, se hace más fácil que interprete de forma correcta los mensajes y que el sistema neurológico se comunique de manera efectiva, lo que permite al paciente tolerar presiones normales y reducir su nivel de dolor.
En definitiva, la terapia con células madre ayuda a poner en marcha los factores metabólicos, los factores autoinmunes y los factores neuroinmunes que regulan esta enfermedad inmunológica, ya que no sólo se dirige a sus síntomas, sino que también va a su punto de origen.
El tratamiento de la fibromialgia con medicina regenerativa generalmente implica la inyección de células madre autólogas o factores de crecimiento en áreas específicas del cuerpo afectadas por el dolor y la inflamación. Este procedimiento se realiza de manera ambulatoria, no requiere anestesia general y es extremadamente seguro. Además, se adapta a las necesidades de cada paciente indicadas por los especialistas: algunos pacientes pueden requerir una sola sesión de tratamiento, mientras que otros pueden recibir múltiples sesiones a lo largo del tiempo para mantener los efectos terapéuticos.
De manera complementaria, el paciente puede recibir tratamientos específicos según su patología, como ondas de choque, ultrasonido, magnetoterapia, láser, entre otras terapias.
America Cell Bank es una compañía especialmente sensibilizada con las personas que presentan problemas de salud crónicos que condicionan su día a día y su calidad de vida.
En este sentido, la fibromialgia es una de las enfermedades más representativas. Por ello, para afrontarla dedicamos toda la capacidad y calidad de servicio que nos ha convertido en referentes de medicina regenerativa en Latinoamérica.
Para conocerlo con más detalle, no dudes en contactar con nosotros.
Fuentes
https://aprende.com/blog/bienestar/cuidado-del-adulto-mayor/que-es-fibromialgia-y-como-se-detecta/
https://www.doctorcarlosochoa.com/la-medicina-regenerativa-en-reumatologia
https://www.publico.es/sociedad/fibromialgia-historia-dolor-invisible-afecta-4-poblacion.html
https://stemwell.co/es/tratamientos/fibromialgia
https://progencell.com/es/acerca-de-tu-condicion-medica/tratamiento-de-celulas-madre-y-fibromialgia/
https://cedofi.com/la-fibromialgia-en-colombia-datos-estadisticos
