La gran mayoría de las personas intentamos controlar nuestro día a día. Nos levantamos e iniciamos tareas cotidianas, todas mediante algún movimiento o esfuerzo que hacemos casi instintivamente. Pero en ocasiones, vestirse o sujetar la taza del desayuno supone un verdadero sufrimiento. Entonces, es el dolor el que controla el día a día. El dolor condiciona, y según la intensidad, puede llegar a afectar a las relaciones sociales, laborales e incluso a la salud mental.
La artrosis es una fuente de dolor. En Colombia, aproximadamente el 10% de la población padece esta enfermedad degenerativa que afecta a las articulaciones. Sin embargo, cada vez tenemos más motivos para ser optimistas.
En este artículo conoceremos esta enfermedad y la capacidad de las terapias bioregenerativas para mejorar la calidad de vida de los enfermos de artrosis.
El cartílago. Poniendo paz entre los huesos de las articulaciones.
La artrosis es una patología crónica que afecta principalmente a las articulaciones que soportan peso, como las rodillas, las caderas, la columna vertebral y las manos. Es el tipo más común de artritis, y aunque puede ocurrir en cualquier articulación del cuerpo, es más frecuente en aquellas que están sometidas a una mayor carga y uso a lo largo de la vida.
En una articulación sana, el cartílago (tejido firme y elástico) actúa como un amortiguador entre los huesos, protegiéndolos y permitiendo un movimiento suave y sin fricción. Sin embargo, en la artrosis, este cartílago se deteriora progresivamente, lo que lleva a un contacto directo entre los huesos, provocando dolor e inflamación. Con el tiempo, la estructura ósea también se ve afectada, formándose osteofitos (espolones óseos) y alterándose la forma de la articulación.
Es importante diferenciarla de la artritis, ya que en esta es la inflamación la causante de la enfermedad y en la artrosis es el «desgaste». Son dos enfermedades que cursan con dolor, en ocasiones hinchazón y rigidez, pero en la artrosis el dolor es de tipo mecánico (empeora con los movimientos y mejora con el reposo).
Síntomas y causas de la artrosis. ¿Por qué se pierde calidad de vida?
Los síntomas de la artrosis pueden variar en intensidad, dependiendo de la articulación afectada y la etapa de la enfermedad. Los más comunes suelen ser:
- Dolor articular: suele aparecer durante el movimiento y empeorar con la actividad física intensa o después de periodos prolongados de inactividad.
- Rigidez: Las articulaciones afectadas por la artrosis pueden volverse rígidas, especialmente después de períodos de descanso o inactividad, como al despertar por la mañana.
- Pérdida de movilidad: A medida que avanza la enfermedad, los movimientos de la articulación afectada se ven limitados, dificultando la realización de actividades cotidianas.
- Inflamación: Aunque no siempre presente, algunas personas pueden experimentar inflamación en las articulaciones afectadas.
- Crepitación o crujidos: Es común que las personas con artrosis escuchen o sientan crujidos al mover la articulación debido a la fricción entre los huesos.
- Deformidades articulares: En casos avanzados, las articulaciones pueden cambiar de forma, lo que provoca deformidades visibles.
Causas de la artrosis
La artrosis es una enfermedad multifactorial. Si bien el envejecimiento es el principal factor de riesgo, existen varias causas y factores que pueden contribuir al desarrollo de la enfermedad:
- Edad: El riesgo de padecer artrosis aumenta con la edad. Con el tiempo, el cartílago se desgasta y pierde su capacidad de regenerarse, haciendo a las articulaciones más vulnerables.
- Genética: Algunas personas tienen una predisposición genética a desarrollar artrosis. Las mutaciones en ciertos genes pueden afectar la composición y la resistencia del cartílago.
- Lesiones articulares previas: Las lesiones en las articulaciones, como fracturas, esguinces o dislocaciones, pueden aumentar el riesgo de desarrollar artrosis en esa articulación en particular.
- Sobrecarga articular: Las personas que realizan trabajos o actividades físicas que requieren movimientos repetitivos o que sobrecargan las articulaciones tienen mayor riesgo de desarrollar artrosis. Esto incluye trabajos manuales pesados y deportes de alto impacto.
- Obesidad: El exceso de peso es uno de los factores de riesgo más importantes para la artrosis, especialmente en las rodillas, caderas y columna. El peso adicional ejerce una presión excesiva sobre las articulaciones, acelerando el desgaste del cartílago.
- Desalineación articular: Las malformaciones o desalineaciones en las articulaciones, ya sea de nacimiento o debido a lesiones, también pueden aumentar la fricción y el desgaste del cartílago.
- Enfermedades metabólicas: Algunas enfermedades, como la diabetes o la gota, pueden predisponer al desarrollo de artrosis debido a su impacto en la salud de los tejidos articulares.
Células madre y terapia diamagnética, directo a la esencia de la artrosis.
¿Cómo funciona la terapia con células madre?
El tratamiento con células madre para la artrosis implica la recolección de células madre del propio paciente (autólogas), que luego se inyectan en la articulación afectada. Las células madre utilizadas en este tratamiento provienen generalmente de la médula ósea o del tejido adiposo.
Una vez inyectadas, ayudan a regenerar el cartílago dañado y reducir la inflamación. Estas células tienen la capacidad de diferenciarse en células cartilaginosas, esenciales para la reparación de la articulación. Además, se ha observado que las células madre liberar factores de crecimiento y otras moléculas que estimulan el entorno de la articulación, favoreciendo la regeneración y aliviando los síntomas.
Beneficios del tratamiento con células madre
- Regeneración del cartílago. Las células madre tienen el potencial de regenerar el cartílago dañado, algo que los tratamientos tradicionales no pueden lograr.
- Reducción del dolor y la inflamación. Las células madre también liberan moléculas antiinflamatorias que pueden reducir significativamente el dolor y la inflamación en la articulación.
- Tratamiento poco invasivo. A diferencia de la cirugía de reemplazo articular, el tratamiento con células madre es menos invasivo y tiene un tiempo de recuperación mucho más corto.
- Mejora en la movilidad. Al regenerar el cartílago y reducir la inflamación, muchos pacientes experimentan una mejora en la movilidad articular y la función general de la articulación.
¿Qué es la terapia diamagnética?
En este blog hemos dedicado algunos artículos a la terapia diamagnética, pero el vertiginoso proceso de innovación que vive esta disciplina hace que siempre esté de actualidad. Recordemos brevemente:
La terapia diamagnética es un enfoque no invasivo que utiliza campos magnéticos de alta intensidad para promover la curación de los tejidos.
A diferencia de la magnetoterapia tradicional, la diamagnética emplea campos magnéticos más potentes que actúan directamente sobre las células y tejidos del cuerpo, sin generar calor ni efectos secundarios.
En el caso de la artrosis, esta terapia tiene como objetivo reducir el dolor, mejorar la circulación en la zona afectada y estimular la regeneración de los tejidos articulares.
¿Cómo funciona la terapia diamagnética?
La diamagnetoterapia se basa en el principio de que los tejidos biológicos tienen propiedades diamagnéticas, lo que significa que son repelidos por los campos magnéticos.
Al aplicar un campo magnético de alta intensidad, las moléculas de agua y otras partículas dentro de los tejidos son impulsadas, mejorando la circulación y la oxigenación del área afectada. Esto puede tener varios efectos beneficiosos, como la reducción del dolor y la inflamación, y una aceleración en la reparación de los tejidos.
¿Cómo se aplica la terapia diamagnética a la artrosis?
La aplicación de la terapia diamagnética en pacientes con artrosis es un procedimiento seguro que se lleva a cabo en clínicas especializadas bajo la supervisión de profesionales médicos. Aunque la aplicación varía en cada caso, podemos establecer ciertos pasos y consideraciones comunes:
- Evaluación inicial del paciente: Antes de iniciar el tratamiento, el médico realiza una evaluación completa del estado de la artrosis, identificando las articulaciones afectadas y determinando la gravedad del desgaste del cartílago. Esta evaluación puede incluir radiografías, resonancias magnéticas o ecografías para obtener una visión clara del estado de la articulación.
- Preparación del paciente: La terapia diamagnética no requiere una preparación especial ni anestesia. El paciente se posiciona de manera cómoda, generalmente en una camilla o silla, dependiendo de la articulación.
- Aplicación de los campos magnéticos: La terapia se realiza mediante un dispositivo de diamagnetoterapia que genera campos magnéticos de alta intensidad. El dispositivo cuenta con una sonda o aplicador que se posiciona sobre la articulación afectada. Durante el tratamiento, se regula la intensidad y la duración de los impulsos magnéticos, dependiendo de las necesidades específicas del paciente y la gravedad de la artrosis.
- Duración de la sesión: Cada sesión de terapia diamagnética dura entre 15 y 30 minutos, dependiendo del tamaño y la ubicación de la articulación tratada. La mayoría de los tratamientos se distribuyen en varias sesiones a lo largo de unas semanas para maximizar los efectos terapéuticos. Un ciclo común puede incluir entre 10 y 15 sesiones, aunque esto puede variar según la respuesta del paciente.
- Frecuencia de las sesiones: Se recomienda realizar sesiones de forma regular, generalmente de dos a tres veces por semana, para garantizar una mejora progresiva. En algunos casos, el médico puede ajustar la frecuencia o la duración de las sesiones según la evolución de los síntomas.
- Sensación durante el tratamiento: Durante la aplicación de la terapia diamagnética, los pacientes generalmente no sienten dolor ni molestias. Algunos pueden experimentar una leve sensación de calor o vibración en la articulación afectada, pero esto es completamente normal y no indica efectos secundarios adversos.
Beneficios de la aplicación de la terapia diamagnética en la artrosis
Podemos destacar: Reducción del dolor: Al mejorar la circulación y reducir la inflamación en la articulación afectada, los pacientes suelen experimentar una disminución significativa del dolor desde las primeras sesiones.
- Aceleración de la regeneración: La estimulación de los tejidos mediante los campos magnéticos favorece la reparación del cartílago y otros tejidos articulares dañados. Aunque la regeneración completa del cartílago es limitada, la terapia diamagnética puede promover una mejora en la función articular.
- Mejora de la movilidad: Gracias a la reducción del dolor y la inflamación, los pacientes con artrosis experimentan una mayor flexibilidad y movilidad en las articulaciones afectadas, lo que mejora su calidad de vida.
- Ausencia de efectos secundarios: A diferencia de otros tratamientos que pueden tener efectos adversos, la terapia diamagnética es una opción segura que no genera complicaciones. No se utiliza ningún tipo de sustancia química ni medicación, lo que la convierte en una alternativa adecuada para personas que no pueden someterse a otros tratamientos invasivos o farmacológicos.
América Cell Bank. Innovar funciona.
Hace más de 10 años que America Cell Bank trata las patologías crónicas degenerativas desde la esencia. Tratamos el dolor, pero sobre todo, las causas del dolor. La innovación, la excelencia de nuestros protocolos, los casos de éxito y las colaboraciones con las clínicas y profesionales más prestigiosos, refuerzan día a día nuestra combinación de terapias avanzadas: biotecnología y bioregeneración trabajando en equipo, sin fármacos constantes y con una recuperación total o parcial. Sencillamente, queremos que las personas puedan disfrutar más de la vida.
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Fuentes
https://www.heraldo.es/branded/vivir-con-artrosis-como-afecta-a-la-calidad-de-vida